Celulares, Antenas, Radiación Electromagnética y Salud
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Celulares, Antenas, Radiación Electromagnética y Salud
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Una antena repetidora, es mucho peor que el uso de terrenos envenenados con plomo...
Dos científicos realizaron un trabajo en Chile sobre las últimas investigaciones respecto de los efectos de la radiación electromagnética y la salud humana. Un asunto controvertido frente al que rara vez la opinión pública recibe información objetiva.
La lectura del informe realizado por el doctor Silva Morelli deja un sabor amargo y plantea un interrogante a propósito del precio que se paga por entretenimiento y comunicación instantánea.
Humberto Silva Morelli*
El trabajo de los doctores AndreiTchernitchin** y Rubén Riveros*** consiste en una exposición resumida –para científicos– de todas las ultimas investigaciones sobre efectos descritos para las diferentes clases y fuentes de radiación electromagnética no-ionizante de frecuencia baja (ELF). Describe los trabajos donde existe una asociación estadísticamente significativa, hecho que sólo implica la aceptación por el investigador, de una hipótesis de trabajo.
Hago esta acotación para enfatizar que un hallazgo científico no es una verdad divina, ni siquiera un dogma de fe. Es sólo lo que uno hoy cree cierto, aunque mañana sea olvidado.
En las investigaciones sobre enfermedades estadísticamente asociadas con ELF, se describen las fuentes de emisión y las poblaciones observadas con una minuciosidad científicamente impecable. Como nuestro propósito se reduce a entregar una visión muy resumida de los hallazgos más importantes, pudiere suceder que algún lector deseare una mayor profundización temática, este trabajo también se puede obtener directamente de sus editores o en la internet:
www.colegiomedico.cl/biblioteca.asp?abc=E&ids=198&ids2=314.
En las 72 publicaciones, base del trabajo publicado, se demuestra la existencia de relaciones entre la radiación electromagnética y múltiples enfermedades, como: leucemia en todas las edades, tumores del sistema nervioso central o linfomas malignos, la enfermedad de Hodgkin, cáncer y muchas más. El National Institute of Environmental Health Sciences, de Estados Unidos de Norteamérica, concluyó que los campos de radiaciones electromagnéticas de las redes o de los transformadores de alta tensión debían considerarse como "posible carcinógeno humano".
foto También se ha visto una asociación entre el uso de diversos electrodomésticos y el cáncer, especialmente infantil. La significación estadística descrita es fuerte para cánceres del sistema nervioso central, especialmente cerebrales, en niños. Existe correlación entre la exposición a campos electromagnéticos débiles de origen ocupacional y el cáncer.
Esta correlación es estadísticamente fuerte para cánceres del sistema nervioso central, especialmente cerebrales, en trabajadores eléctricos y más débil para la asociación de leucemia y melanoma en trabajadores eléctricos. La mortalidad por cáncer de mama es mayor en trabajadoras eléctricas de sexo femenino que en otras trabajadoras.
Once estudios ocupacionales relacionados con cáncer de mama en la mujer, han observado riesgos relativos en las mujeres post-menopáusicas con historia ocupacional relacionada con a campos electromagnéticos, en mujeres instaladoras y reparadoras de teléfonos; en analistas y programadores; en operadoras de radio y telégrafo; y en operadoras telefónicas en otro estudio.
Se describe una asociación entre campos electromagnéticos pulsátiles y cáncer pulmonar en trabajadores de artefactos eléctricos en Quebec (Canadá) y en Francia. En un estudio basado en 170.000 trabajadores se ha demostrado la asociación de exposición ocupacional a campos electromagnéticos ELF con la incidencia de tumores cerebrales y el cáncer de colon y cáncer testicular no seminoma.
En un estudio basado en 1.596.959 hombres y 806.278 mujeres en Suecia, se investigó la incidencia de diversos tipos de cáncer entre 1971 y 1984. Se describió en hombres un aumento del riesgo de cáncer testicular en trabajadores jóvenes, y en mujeres una clara asociación con cáncer del cuerpo uterino.
Además se han descrito asociaciones entre la exposición y los siguientes tipos de cáncer en hombres: cáncer de colon, de vías biliares, hígado, laringe y pulmón, riñón, órganos urinarios, melanoma, cáncer de piel no-melanoma y astrocitomas III-IV. Para las mujeres, se han descrito asociaciones con cáncer pulmonar, de mama, melanoma y leucemia linfocítica crónica.
Se ha sugerido, una interacción del campo electromagnético con los sistemas inmune y endocrino, los que interfieren aumentando el riesgo de cáncer en sujetos expuestos. El riesgo de leucemia adulta, en habitantes de una zona dentro de la distancia de 2 km. de una antena de transmisión de televisión estaba aumentada 1.83 veces.
La asociación entre el incremento de la incidencia y mortalidad por leucemia en proximidades de antenas de transmisión de televisión en Australia, estaba aumentada en 1.24 veces. Considerando solo los niños, la incidencia de leucemia estaba aumentada en 1.58 veces y la mortalidad aumentada en 2.32 veces.
EL “AMISTOSO” CELULAR
La radiación electromagnética de 900 MHz. proveniente de teléfonos celulares, entrega un efecto térmico que puede alcanzar al tejido cerebral, con sus consiguientes efectos adversos para la salud. La exposición de animales de experimentación (ratones) a este tipo de radiación causa en éstos un riesgo relativo de 2.4 en relación a animales controles para desarrollar linfomas.
Recientemente se ha demostrado que existe un importante aumento del riesgo de desarrollar un neurinoma acústico en el lado del uso del teléfono celular, por 10 o más años de uso. Se ha demostrado también que los campos electromagnéticos emitidos por teléfonos celulares alteran los electroencefalogramas, principalmente durante actividades que involucren memoria.
Por último, se ha demostrado que la exposición in vitro de leucocitos humanos a radiación electromagnética de frecuencias usadas en telefonía celular causa un efecto genotóxica (aneuploidía del cromosoma 17) a intensidades que no producen efecto térmico, apoyando la hipótesis que los efectos que se producen ocurren por mecanismos no térmicos. Se han detectado efectos biológicos tales como un aumento de la permeabilidad de la membrana de eritrocitos humanos con densidades atérmicas de radiación electromagnética de 2450 MHz.
Otras enfermedades que están estadísticamente asociadas son esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad de Alzheimer, asma bronquial, enfermedades alérgicas, aumento de incidencia de abortos, dermatitis por monitor de televisor o computador, electro-supersensibilidad, alteraciones neuroconductuales, cardiacas (incluyendo infarto del miocardio) y endocrinas, abortos espontáneos. Se han investigado las muertes causadas por arritmia, infarto agudo del miocardio, y establecido una correlación entre exposición acumulativa en UT/años y muertes por arritmia y por infarto agudo del miocardio.
La radiación electromagnética aumenta la proliferación celular, en especial en algunas líneas celulares tumorales, lo que puede contribuir a incrementar el desarrollo de tumores. También puede originar efectos indirectos, como alterar el funcionamiento de marcapasos, alterar la permeabilidad celular, aumentar la proliferación celular como en el cáncer de próstata, etc.
Junto a lo descrito, se han observado:
– Alteraciones en la membrana celular.
– Aumento de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica.
– Proteínas de choque térmico (HSP).
– Cambios endocrinos.
– Mutagenicidad producida a causa de daño al material genético.
– Imprinting o alteraciones en la programación de diversos tipos celulares, lo que implica una alteración en la función de las células afectadas por el resto de la vida de la persona, determinando la generación tardía y no predecible, de diversas enfermedades.
”LA CORRIENTE QUE NOS HACE VIVIR”
Y finalmente un comentario personal sobre el valioso aporte de Tchernitchin Riveros.
La ciencia y su expresión en el hacer, es un mundo de ficción que el científico convierte en realidad. De allí su infinita belleza y la necesidad de valores que se inician con el amor y se expresan con la fe. Quizás por eso y entre líneas, vi que la radiación electromagnética no-ionizante de frecuencia baja (ELF) es la corriente que nos hace vivir.
foto El uso no informado de esta corriente puede llevar a cambios enormes en las órdenes genéticas, tanto durante la concepción, como después de nacidos y aún de viejos. Por eso es al menos imprudente, instalar a conciencia y en nuestra propia casa, un proyector de ondas que nos puede matar lentamente. Este posible cambio en el desarrollo de nuestros hijos y la vida de todos los que ahora están siendo gestados, para mi es un crimen de lesa ignorancia.
Una antena repetidora, es mucho peor que el uso de terrenos envenenados con plomo y que ha desatado en Arica y Antofagasta una imparable e indigna minus validez mental. Es peor que el envenenamiento con arsénico en Antofagasta, con su larga lista de consecuencias, entre ellas está la más alta mortalidad por cáncer pulmonar y de la vejiga urinaria, enfermedades que culminan con una larga y dolorosa agonía.
Y es peor lo que estamos deseando hacer en nuestra casa, porque sabiendo lo poco que se sabe, ya estamos conscientes que nuestra unión con las fuerzas que están destruyendo la tierra, no está con nuestros valores ni con nuestras esperanzas. Está con los que están matando los cisnes y la vida en Valdivia y en tantos lugares de nuestra tierra. Y eso no creo que lo desee nuestra comunidad.
Tenemos valores, como el resguardo de nuestra vida y de nuestra salud, que por sobre cualquier consideración material, son un imperativo ético que debemos respetar. En nuestras acciones, debiera primar la protección del bienestar físico, mental y social de la comunidad. La lucha por la felicidad del hombre, debiera ser el motivo de nuestra vida.
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Una antena repetidora, es mucho peor que el uso de terrenos envenenados con plomo...
Dos científicos realizaron un trabajo en Chile sobre las últimas investigaciones respecto de los efectos de la radiación electromagnética y la salud humana. Un asunto controvertido frente al que rara vez la opinión pública recibe información objetiva.
La lectura del informe realizado por el doctor Silva Morelli deja un sabor amargo y plantea un interrogante a propósito del precio que se paga por entretenimiento y comunicación instantánea.
El trabajo de los doctores AndreiTchernitchin** y Rubén Riveros*** consiste en una exposición resumida –para científicos– de todas las ultimas investigaciones sobre efectos descritos para las diferentes clases y fuentes de radiación electromagnética no-ionizante de frecuencia baja (ELF). Describe los trabajos donde existe una asociación estadísticamente significativa, hecho que sólo implica la aceptación por el investigador, de una hipótesis de trabajo.
Hago esta acotación para enfatizar que un hallazgo científico no es una verdad divina, ni siquiera un dogma de fe. Es sólo lo que uno hoy cree cierto, aunque mañana sea olvidado.
En las investigaciones sobre enfermedades estadísticamente asociadas con ELF, se describen las fuentes de emisión y las poblaciones observadas con una minuciosidad científicamente impecable. Como nuestro propósito se reduce a entregar una visión muy resumida de los hallazgos más importantes, pudiere suceder que algún lector deseare una mayor profundización temática, este trabajo también se puede obtener directamente de sus editores o en la internet:
www.colegiomedico.cl/biblioteca.asp?abc=E&ids=198&ids2=314.
En las 72 publicaciones, base del trabajo publicado, se demuestra la existencia de relaciones entre la radiación electromagnética y múltiples enfermedades, como: leucemia en todas las edades, tumores del sistema nervioso central o linfomas malignos, la enfermedad de Hodgkin, cáncer y muchas más. El National Institute of Environmental Health Sciences, de Estados Unidos de Norteamérica, concluyó que los campos de radiaciones electromagnéticas de las redes o de los transformadores de alta tensión debían considerarse como "posible carcinógeno humano".
foto También se ha visto una asociación entre el uso de diversos electrodomésticos y el cáncer, especialmente infantil. La significación estadística descrita es fuerte para cánceres del sistema nervioso central, especialmente cerebrales, en niños. Existe correlación entre la exposición a campos electromagnéticos débiles de origen ocupacional y el cáncer.
Esta correlación es estadísticamente fuerte para cánceres del sistema nervioso central, especialmente cerebrales, en trabajadores eléctricos y más débil para la asociación de leucemia y melanoma en trabajadores eléctricos. La mortalidad por cáncer de mama es mayor en trabajadoras eléctricas de sexo femenino que en otras trabajadoras.
Once estudios ocupacionales relacionados con cáncer de mama en la mujer, han observado riesgos relativos en las mujeres post-menopáusicas con historia ocupacional relacionada con a campos electromagnéticos, en mujeres instaladoras y reparadoras de teléfonos; en analistas y programadores; en operadoras de radio y telégrafo; y en operadoras telefónicas en otro estudio.
Se describe una asociación entre campos electromagnéticos pulsátiles y cáncer pulmonar en trabajadores de artefactos eléctricos en Quebec (Canadá) y en Francia. En un estudio basado en 170.000 trabajadores se ha demostrado la asociación de exposición ocupacional a campos electromagnéticos ELF con la incidencia de tumores cerebrales y el cáncer de colon y cáncer testicular no seminoma.
En un estudio basado en 1.596.959 hombres y 806.278 mujeres en Suecia, se investigó la incidencia de diversos tipos de cáncer entre 1971 y 1984. Se describió en hombres un aumento del riesgo de cáncer testicular en trabajadores jóvenes, y en mujeres una clara asociación con cáncer del cuerpo uterino.
Además se han descrito asociaciones entre la exposición y los siguientes tipos de cáncer en hombres: cáncer de colon, de vías biliares, hígado, laringe y pulmón, riñón, órganos urinarios, melanoma, cáncer de piel no-melanoma y astrocitomas III-IV. Para las mujeres, se han descrito asociaciones con cáncer pulmonar, de mama, melanoma y leucemia linfocítica crónica.
Se ha sugerido, una interacción del campo electromagnético con los sistemas inmune y endocrino, los que interfieren aumentando el riesgo de cáncer en sujetos expuestos. El riesgo de leucemia adulta, en habitantes de una zona dentro de la distancia de 2 km. de una antena de transmisión de televisión estaba aumentada 1.83 veces.
La asociación entre el incremento de la incidencia y mortalidad por leucemia en proximidades de antenas de transmisión de televisión en Australia, estaba aumentada en 1.24 veces. Considerando solo los niños, la incidencia de leucemia estaba aumentada en 1.58 veces y la mortalidad aumentada en 2.32 veces.
EL “AMISTOSO” CELULAR
La radiación electromagnética de 900 MHz. proveniente de teléfonos celulares, entrega un efecto térmico que puede alcanzar al tejido cerebral, con sus consiguientes efectos adversos para la salud. La exposición de animales de experimentación (ratones) a este tipo de radiación causa en éstos un riesgo relativo de 2.4 en relación a animales controles para desarrollar linfomas.
Recientemente se ha demostrado que existe un importante aumento del riesgo de desarrollar un neurinoma acústico en el lado del uso del teléfono celular, por 10 o más años de uso. Se ha demostrado también que los campos electromagnéticos emitidos por teléfonos celulares alteran los electroencefalogramas, principalmente durante actividades que involucren memoria.
Por último, se ha demostrado que la exposición in vitro de leucocitos humanos a radiación electromagnética de frecuencias usadas en telefonía celular causa un efecto genotóxica (aneuploidía del cromosoma 17) a intensidades que no producen efecto térmico, apoyando la hipótesis que los efectos que se producen ocurren por mecanismos no térmicos. Se han detectado efectos biológicos tales como un aumento de la permeabilidad de la membrana de eritrocitos humanos con densidades atérmicas de radiación electromagnética de 2450 MHz.
Otras enfermedades que están estadísticamente asociadas son esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad de Alzheimer, asma bronquial, enfermedades alérgicas, aumento de incidencia de abortos, dermatitis por monitor de televisor o computador, electro-supersensibilidad, alteraciones neuroconductuales, cardiacas (incluyendo infarto del miocardio) y endocrinas, abortos espontáneos. Se han investigado las muertes causadas por arritmia, infarto agudo del miocardio, y establecido una correlación entre exposición acumulativa en UT/años y muertes por arritmia y por infarto agudo del miocardio.
La radiación electromagnética aumenta la proliferación celular, en especial en algunas líneas celulares tumorales, lo que puede contribuir a incrementar el desarrollo de tumores. También puede originar efectos indirectos, como alterar el funcionamiento de marcapasos, alterar la permeabilidad celular, aumentar la proliferación celular como en el cáncer de próstata, etc.
Junto a lo descrito, se han observado:
– Alteraciones en la membrana celular.
– Aumento de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica.
– Proteínas de choque térmico (HSP).
– Cambios endocrinos.
– Mutagenicidad producida a causa de daño al material genético.
– Imprinting o alteraciones en la programación de diversos tipos celulares, lo que implica una alteración en la función de las células afectadas por el resto de la vida de la persona, determinando la generación tardía y no predecible, de diversas enfermedades.
”LA CORRIENTE QUE NOS HACE VIVIR”
Y finalmente un comentario personal sobre el valioso aporte de Tchernitchin Riveros.
La ciencia y su expresión en el hacer, es un mundo de ficción que el científico convierte en realidad. De allí su infinita belleza y la necesidad de valores que se inician con el amor y se expresan con la fe. Quizás por eso y entre líneas, vi que la radiación electromagnética no-ionizante de frecuencia baja (ELF) es la corriente que nos hace vivir.
foto El uso no informado de esta corriente puede llevar a cambios enormes en las órdenes genéticas, tanto durante la concepción, como después de nacidos y aún de viejos. Por eso es al menos imprudente, instalar a conciencia y en nuestra propia casa, un proyector de ondas que nos puede matar lentamente. Este posible cambio en el desarrollo de nuestros hijos y la vida de todos los que ahora están siendo gestados, para mi es un crimen de lesa ignorancia.
Una antena repetidora, es mucho peor que el uso de terrenos envenenados con plomo y que ha desatado en Arica y Antofagasta una imparable e indigna minus validez mental. Es peor que el envenenamiento con arsénico en Antofagasta, con su larga lista de consecuencias, entre ellas está la más alta mortalidad por cáncer pulmonar y de la vejiga urinaria, enfermedades que culminan con una larga y dolorosa agonía.
Y es peor lo que estamos deseando hacer en nuestra casa, porque sabiendo lo poco que se sabe, ya estamos conscientes que nuestra unión con las fuerzas que están destruyendo la tierra, no está con nuestros valores ni con nuestras esperanzas. Está con los que están matando los cisnes y la vida en Valdivia y en tantos lugares de nuestra tierra. Y eso no creo que lo desee nuestra comunidad.
Tenemos valores, como el resguardo de nuestra vida y de nuestra salud, que por sobre cualquier consideración material, son un imperativo ético que debemos respetar. En nuestras acciones, debiera primar la protección del bienestar físico, mental y social de la comunidad. La lucha por la felicidad del hombre, debiera ser el motivo de nuestra vida.
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Última edición por Master Death el Dom Feb 08, 2009 2:13 am, editado 1 vez (Razón : Formatos y textos)
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